Encontrar el tono, el registro o estilo del libro
Ilustrar un libro requiere de mucho trabajo de pre-producción, de bocetos, desarrollo de personajes, pero sobre todo... de tomar decisiones. Cuando me llegó el fabuloso texto de Jonathan Emmett sobre una disparatada historia de piratas ("Here be Monsters", editado por Macmillan UK, "Aquí hay monstruos" publicado en Argentina por Editorial Unaluna) me vino a la cabeza hacerla con animales, aunque el propio Jonathan y las editoras siempre se la habían imaginado con seres humanos. Justamente, mi primer gran decisión fue la de encarar a los personajes y hacer una muestra para convencerlos que esta historia pedía a un capitán zorro como protagonista.
¡La primer muestra (con todos los protagonistas juntos) los sorprendió! jamás se los habían imaginado de esta manera porque habían centrado lo fantástico en los monstruos, pero enseguida se entusiasmaron. Allí fue donde comenzó un interesante trabajo en equipo, gracias a los comentarios de Jonathan y editoras, pude darme cuenta que el búho y el tigre quedaban fuera de registro dentro de la tripulación. El contramaestre del capitán quedó mucho mejor como rata (se ajustaba más a su personalidad en la historia) y un jabalí en lugar del tigre le terminó de dar un aspecto "realmente pirata y peligroso" a esa tripulación. El búho me gustó mucho como personaje y fue así que lo terminé usando en otra escena.
En los rincones del libro
Una de las cosas que más me gusta hacer en un libro es aprovechar cada espacio posible para contar algo (en la medida que los espacios y descansos necesarios me lo permitan), tratando que el libro como objeto también sea narrado conceptualmente. Un ejemplo son las portadillas y la página de créditos, en esta oportunidad se me ocurrió hacer un juego entre las dos portadillas:
Hablando de trabajo en equipo, siempre fue divertido estar en contacto con Jonathan, que cuando vio mi propuesta del cartel de "buscado" para el capitán Guillotina siguió el juego y escribió otros graciosos carteles para el resto de la tripulación que terminaron quedando en la página de créditos y a manera de introducción de los personajes.
Estructuras narrativas y ritmos con el color y las formas
Mis bocetos son a color directo, en el mismo formato que el original pero en una escala pequeña para que no me distraigan los detalles.
Como verán en la siguiente comparativa con el arte final, lo que prevalece en el boceto es la primer idea que me viene a la mente de lo que quiero mostrar, contar. La composición, los espacios, las direcciones y los objetos se van ajustando a medida que voy definiendo el arte final. Algunas cosas quedan en el camino, otras se modifican y muchas en esencia quedan casi calcadas.
Pueden ver la comparativa en pantalla completa aquí.
Armo una pauta completa del libro con los bocetos que imprimo en un A4 que me permite ver al proyecto de manera integral, allí es donde trabajo la dinámica de la narrativa y los colores, el orden y direcciones de los textos, los espacios, los descansos. Todo tiene que estar equilibrado, inclusive los momentos de rupturas o cambios de dirección que siempre deben tener un propósito e intencionalidad gráfica.
A veces pasa que uno tiene ganas de dibujar algo pero que no es funcional al relato, me sucedió con los siguientes bocetos que muestro (y que quedaron fuera del libro). Era la escena que pensé originalmente en lugar de la ilustración de arriba, como presentación de personajes al principio del cuento: una cantina me parecía ideal, pero como habría momentos similares más adelante decidí mostrar a la tripulación en plena acción de abordaje.
Por otra parte, como todo texto bien escrito, tenía una estructura bien clara. El párrafo final repite la misma estructura rítmica del párrafo inicial, así que mi intención era arrancar y terminar el libro con la misma situación. La idea finalmente fue descartada porque se anticipaba al remate que tenía pensado Jonathan para el final y le hacía perder fuerza.
En perspectiva el sacrificio valió la pena.
Pasó algo parecido con otra doble página que muestro en la siguiente comparativa, me gustaba mucho la secuencia de imágenes pero como el libro venía de muchas viñetas y cortes a cierta altura necesitaba un poco de descanso visual para anticipar lo que venía por delante en la historia. Además, había recursos que no había empleado antes en el libro, por lo que llamaba demasiado la atención y no era el momento correcto para utilizarlos.
En la siguiente comparativa entre bocetos y arte final se pueden vislumbrar muchos de los cambios y ajustes que hago en el proceso. Con cada paso busco también marcar estructuras utilizando diferentes recursos gráficos para crear un diálogo con el lector y a la vez sea dirigido en la lectura con propósitos narrativos. Por ejemplo, puede verse que en la secuencia donde entran a la niebla los fondos de las páginas pasaron a ser negros con el texto calado en blanco. Además de darle dinamismo, hago hincapié en la oscuridad y misterio que requiere el momento de la historia. Estas resoluciones se dan fácilmente cuando una historia está bien estructurada desde la escritura, donde cada doble página en la ilustración refuerza gráficamente repeticiones intencionales del texto. Si, hay que encontrar la dinámica dentro de la repetición cuando el argumento lo demanda.
Con el mismo propósito en algunas páginas cambio los planos, giro la cámara, amplío o achico personajes para que modifiquen espacios y den aire a la lectura.
Pueden ver la comparativa más grande y en detalle aquí.
Sacrificar ideas estéticas por resoluciones funcionales
Muchas de las ideas que inicialmente uno quiere sumar al relato pueden ser buenas pero deben ser abandonadas por decisiones editoriales o porque tienen que ver con el contexto social del mercado. A mi me gusta jugar con los límites, pero en este aspecto a veces hay que resignarse a que el cliente en muchas oportunidades tiene razón. Así pasó cuando propuse que sería bueno mostrar lo que el capitán soñaba hacer con el tesoro y pensando en piratas naturalmente me salió hacerlo bailando entre "conejitas de cabaret"...¡No Poly! busqué aliviar la imagen con otro boceto incorporando un banquete...pero seguían presentes las conejitas...¡No Poly! finalmente guardé los pensamientos del capitán Guillotina para sí mismo (Uds. y yo ya conocemos el secreto). La verdad que estaban de más y sinceramente, por más que supiéramos que es una historia de piratas y lo justificaría, era innecesario cosificar a las conejitas.
Buscando la tapa ideal
La labor de encontrar la tapa correcta es una cuestión aparte, dependiendo del proyecto a veces sale de primeras y otras tengo que probar varias alternativas (como en este caso), pero siempre trato de hacerla al final de todo el trabajo realizado en los interiores para que sea consecuencia de dicho proceso. Evito a toda costa repetir una escena del interior en la tapa, me gusta que la imagen sea original, atractivamente comercial pero sobre todo conceptual, que el lector se sienta interesado en conocer lo que le espera en el interior del libro.
En "Aquí hay monstruos" fueron varios los intentos, si bien hoy me sigue gustando mucho el primero (con el personaje del capitán en primer plano) creo que la que quedó refleja más el espíritu de la historia.
Después de varias versiones, cuando finalmente encuentro la dirección correcta vuelvo a probar otras opciones.
Pero la tapa no es todo, me gusta pensar también la contratapa para que trabaje conceptualmente y se conforme en un todo. Quiero que el lector, desde antes que abra el libro, comprenda que los autores le van a exigir su atención y dependerá de él encontrar todos los detalles que le tenemos reservados para su lectura.
Como en un principio la idea de tapa era con el o los protagonistas piratas y los monstruos siempre sugeridos para mantener el misterio, había pensado al capitán en la contratapa.
Pero cuando me cerró la idea final para la tapa, la contratapa resultó ser la contracara, el detrás de la tapa, de esta forma también mostraba sutilmente a los monstruos, grandes protagonistas que acechan a los piratas. La escena no anticipa mucho más que lo que nos dice el título de libro y termina siendo conceptualmente entretenida.
Escribir un artículo requiere de mucho trabajo de pre-producción, de buscar bocetos y desarrollos de personajes, analizar y en este caso de recordar procesos, pero sobre todo... de tomar decisiones. Aquí debo terminar esta nota esperando hayan disfrutado y aprovechado lo compartido. ¡Muchas gracias!
Muy bueno el proceso, gracias por compartirlo! El juego de la tapa y la contra es genial, ver cómo llegaste a la decisión final es muy enriquecedor. Saludos!
Impresionante. Un artículo muy didáctico y claro. Bravo pirata!!!
www.davidmaynar.com